Con visión difusa y trastabillando,
desanda el hombre la callejuela.
La luz tenue de los faroles
le recuerdan trazos de su niñez
y aún con sangre sobre su ropa
escapa del mundo y emite risas…
Trastabilla una vez más
y ve claramente la escena,
un choque de corriente recorre su médula espinal de punta a punta
y sin querer despierta los sentidos,
se ve torpe, ebrio y frío,
arropado por su desgracia
y esa realidad maldita
de la que quiere escapar.
Ve impaciente el callejón,
tan sucio y solo como esperaba,
tan oscuro y tan perfecto
para su intención premeditada,
tan congruente con sus manos
y las balas de sus ganas.
Se acerca rápido hasta el fondo
mano al suelo, no ve nada
y llora solo su desdicha
de derrotas no olvidadas
Bolsillo cómplice,
mano amiga,
desdoblado paquete,
polvo enrojecedor;
viaje infinito poco saciado,
mirada sin rumbo,
rabia en las venas;
decepción palpitante,
futuro incierto..
Cañón cargado
e impaciente,
fé en el suelo,
sollozos sin sol;
lastima propia vergonzosa,
frío doloroso,
decisión tomada.
Resorte halado finalmente,
ruido seco, ensordecedor
nubes fuera de su vista;
ya no siente la lluvia,
no se ríe con el pasado,
no describe su dolor.
Estefania Lourenco.
sábado, 12 de junio de 2010
Me pido disculpas. (Parte 1)
Mérida,10/06/10.
Me pido disculpas avergonzada
totalmente retractada
por haber amarrado el espíritu
y atrofiarme la razón
Me pido disculpas por atascarme consciente
por no dejarme correr
por quitarme libertad algún tiempo
por impedirme gritar.
Me pido disculpas hoy
por mis faltas de respeto
por dispararle al equilibrio
y tambalear mirando el suelo.
Me disculpo por no abrazarme
por no empujarme como es debido
por no gritarme de vez en cuando,
y revivir el pensamiento.
Me pido disculpas por convulsionar de puro hastío
por dejar entrar ese montón de ruido
por distraerme con fluorescencias
por gastar tiempo y no papel.
Me disculpo por el grillete
por los días contando el tiempo
por la falta de guitarra
y los libros por leer.
Me disculpo minimizada,
completamente apenada
por no llenar mis manos de tinta
por un stand by erróneo
por la falta de sonrisas
por esperar respuesta ajena
por depender de compañía
por salir de mi ideal
porque se enfrió el café
porque mis manos se durmieron
y al parecer yo con ellas...
Yo con ellas...
Me pido disculpas cual borracho y su nostalgia
añorando el equilibrio
entre el arte y el deber
con pañitos mentolados
y también algo de miel;
resucitando esa voz mía
que me cura los sentidos,
alimenta mi espíritu
y me enciende el corazón.
Me pido disculpas hoy…
Estefania Lourenco.
Me pido disculpas avergonzada
totalmente retractada
por haber amarrado el espíritu
y atrofiarme la razón
Me pido disculpas por atascarme consciente
por no dejarme correr
por quitarme libertad algún tiempo
por impedirme gritar.
Me pido disculpas hoy
por mis faltas de respeto
por dispararle al equilibrio
y tambalear mirando el suelo.
Me disculpo por no abrazarme
por no empujarme como es debido
por no gritarme de vez en cuando,
y revivir el pensamiento.
Me pido disculpas por convulsionar de puro hastío
por dejar entrar ese montón de ruido
por distraerme con fluorescencias
por gastar tiempo y no papel.
Me disculpo por el grillete
por los días contando el tiempo
por la falta de guitarra
y los libros por leer.
Me disculpo minimizada,
completamente apenada
por no llenar mis manos de tinta
por un stand by erróneo
por la falta de sonrisas
por esperar respuesta ajena
por depender de compañía
por salir de mi ideal
porque se enfrió el café
porque mis manos se durmieron
y al parecer yo con ellas...
Yo con ellas...
Me pido disculpas cual borracho y su nostalgia
añorando el equilibrio
entre el arte y el deber
con pañitos mentolados
y también algo de miel;
resucitando esa voz mía
que me cura los sentidos,
alimenta mi espíritu
y me enciende el corazón.
Me pido disculpas hoy…
Estefania Lourenco.
miércoles, 9 de junio de 2010
Señorita E.
Mérida, 8/06/10
Señorita E invadida por la flojera y el desden,
hoy enferman sus sentidos,
ahí sentada sin decirme nada noto su tristeza
y esos ojos suyos, marrones al sol,
que se pierden inmóviles al vacío,
igual que usted...
Señorita E, por que hoy no peina su cabello,
por que no grita y pega un brinco recordando su niñez,
por que sus uñas hoy tan sucias
y la falta del perfume de su ropa y de piel.
Usted que siempre empuja al mundo
con soluciones y sonrisas
por que no se invita hoy un helado
y me lleva a mi también.
Por que no camina a oscuras y observa todo
como solo usted lo sabe hacer
por que no disfruta de ese miedo,
de verse tan minimizada en este enorme mundo
y con tanto que hay por ver...
Por pisar,
por sentir,
por vivir…
Señorita E hoy descolorida
no veo magia en su que hacer
por que no hay vida en ese estuche
de madera y de papel;
Hoy no siento que respira
¿Dónde esta señorita E?
Venga, vuelva, tome vida!
y regale algo a los demás también,
porque hay días como este suyo
donde todos nos vamos, quien sabe a donde,
y nos cuesta volver.
Anímese,
venga conmigo,
yo la invito señorita E
a repartir lápices y papeles
mientras hayan manos como las de usted.
Estefania Lourenco.
Señorita E invadida por la flojera y el desden,
hoy enferman sus sentidos,
ahí sentada sin decirme nada noto su tristeza
y esos ojos suyos, marrones al sol,
que se pierden inmóviles al vacío,
igual que usted...
Señorita E, por que hoy no peina su cabello,
por que no grita y pega un brinco recordando su niñez,
por que sus uñas hoy tan sucias
y la falta del perfume de su ropa y de piel.
Usted que siempre empuja al mundo
con soluciones y sonrisas
por que no se invita hoy un helado
y me lleva a mi también.
Por que no camina a oscuras y observa todo
como solo usted lo sabe hacer
por que no disfruta de ese miedo,
de verse tan minimizada en este enorme mundo
y con tanto que hay por ver...
Por pisar,
por sentir,
por vivir…
Señorita E hoy descolorida
no veo magia en su que hacer
por que no hay vida en ese estuche
de madera y de papel;
Hoy no siento que respira
¿Dónde esta señorita E?
Venga, vuelva, tome vida!
y regale algo a los demás también,
porque hay días como este suyo
donde todos nos vamos, quien sabe a donde,
y nos cuesta volver.
Anímese,
venga conmigo,
yo la invito señorita E
a repartir lápices y papeles
mientras hayan manos como las de usted.
Estefania Lourenco.
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